Ago
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Justo en la entrada, una ventana abierta ilumina la sala. Bajo la misma, unos versos en la pared blanca se esparcen como la luz y revelan que el Proyecto (Cun’t) be a man planteado por Martín de Arriba y Angelo Nestore va mucho más allá: ‘E io chi sono?’
Responder a esta pregunta trascendental no es fácil. De ahí que la poesía y la fotografía busquen acercarse a la realidad. Esa que se nos escapa de las manos justo cuando creemos atraparla con los sentidos y el ojo se convierte en cámara, esa realidad que nace de lo personal y se hace presente cuando desde los sentidos atraviesa nuestra piel y se interioriza para volver al exterior hecha poesía.
En esta exposición, diez fotografías nos acercan al cuerpo que cada uno habita, contienen la fuerza y sensibilidad de la vida, la búsqueda de la identidad muy alejada de la cosificación de la carne tan escenificada hoy en día.
Paseo despacio deteniéndome en cada fotografía. Lo que se ve, lo que no se ve, lo que hay o no hay con sus luces y sombras. Ya son las ocho de la tarde, la sala comienza a llenarse de besos, de abrazos y de miradas cómplices.
Martín con su sonrisa invita a entrar, acompaña jubiloso, mostrando su obra mientras Ángelo saluda afable y acoge sin perder de vista a nadie. Hay mucho esfuerzo tras este trabajo y ahora está ahí, como una fruta madura abierta en una calurosa tarde de verano, un 11 de julio en Málaga. Reconozco a Violeta Niebla por su sonrisa de media luna y porque se mueve entre los asistentes como la ondulación de sus rizos. Poco después distingo a Tomás Cohen, todo ojos que va posando con serenidad, unos ojos que cuando tropiezan con otros ojos transmiten un estoy aquí y te reconozco en mí. Entonces me doy cuenta de que la sala se ha llenado y todos formamos parte de este Proyecto. El Ateneo se convierte en un espacio para dar cabida a distintos cuerpos. Porque como dice Ángelo Nestore todos los cuerpos son “hermosamente distintos”.
Entonces Ángelo comienza su lectura de poemas desde el espacio de la intimidad, la desnudez en la ducha, bajo el agua, lejos del móvil, lejos de los ojos de los otros, “El agua fría me trae a mi cuerpo/ escondo el pene entre las piernas”. Las fotografías de Martín vuelven a mi mente y cada pieza encaja en un pensamiento, en un verso.
DE CUANDO ME EQUIVOQUÉ DE BAR
Yo soy de esa clase de amigos
que siempre pide otra ronda en los bares.
No tengo hijos,
soy el hijo único de una dinastía de bastardos
que se llena el estómago y se autodestruye.
Mis amigos, sin embargo, son padres,
de esos que buscan una excusa para volver tarde a casa,
siempre me invitan a otra,
nunca quieren que me vaya.
Ellos me miran y cien veces
me cuentan cien veces lo difícil que es
la suerte que yo.
Ellos no ven las hormigas que trepan por mi pierna,
no las ven.
Beben tiempo con su boca de padres,
tragan tiempo con su saliva de padres
y yo me vuelvo cada vez más pequeño
y sus hijos cada vez más grandes.
Y con cuarenta, con cincuenta,
volveré al mismo bar de la esquina
y entonces los que hoy son niños se preguntarán por qué
tantas hormigas en mi boca,
por qué el amigo de sus padres se sigue creyendo joven.
Con cincuenta, con sesenta,
quién me llevará a casa,
quién guardará mis huesos bajo las sábanas.
Con sesenta, quizás, con setenta
quién contestará a mis preguntas,
quién me dirá lo difícil que es,
la suerte que yo
cuando un día me confunda y pida otra ronda
frente a la sola luz de mi nevera.
Es el turno de Violeta Niebla, de su lectura me cautiva el chispeante y sutil “Ahora soy un hombre”. Si yo fuera un hombre, me dejaría la barba de tres días nos cuenta risueña. Guarda un cómplice silencio y añade: … y sería un hombre muy guapo.
Como es un poema inédito podéis ver la lectura que hace ella misma en redes:Ahora soy un hombre
Para finalizar, Tomas Cohen realiza una selección de poemas, unos inéditos, otros de su libro Redoble del ronroneo, que no voy a transcribir por temor a no marcar correctamente la pausa de sus versos de una musicalidad exquisita. Sirva como muestra:
Cuando descanse mi cabeza en tu antebrazo
y ése no sea tu antebrazo
ni ésta mi cabeza
serás, sortija, el portal que no me saco,
la reina de una baraja
tu olvido comerá mi boca,
te habrás vuelto una canción
cadáver virgen a punto de la tierra,
en brazos de hormigas te cargaré miles de veces
Son casi las diez de la noche, vuelvo a casa, las calles me parecen más anchas, los tejados de los edificios son transparentes, mi vista atraviesa espacios insospechados, y de pronto respiro un mundo tan múltiple, tan lleno de posibilidades, que casi lo puedo tocar.
Esta exposición fue organizada por Sandra Lara, Carlos Bolívar y la vocalía de Artes Plásticas del Ateneo de Málaga.
La poesía en Málaga está en pleno estado de forma! Gracias por esta crónica que te toca, como las palabras de estos jóvenes y talentosos creadores
Por favor queremos más poesía y más propuestas que nos acerquen a ella sin pompa solo con verdad, enhorabuena al Ateneo por la iniciativa
Gracias Andrea, me alegra coincidir contigo. Hay mucho talento y lo mejor de todo es que poco a poco se va abriendo camino.